DESDE UN MATRAZ ERLENMEYER / PALABRAS QUE SON EXPERIMENTOS / ERRORES
BIEN HECHOS / EVAPORACIÓN DESCONTROLADA / MEZCLAS ATÓMICAS O NUBES /
BIENVENIDOS AL LABORATORIO DE ESCRITURA CREATIVA.


09 junio 2009

el miércoles, estaba a punto de llegar [ya sólo le faltaban un par de cuadras] cuando se percató del asunto.. había estado distraída todo el día y no se había dado cuenta de que no.era.miércoles.
otra vez! pensó mientras se acomodaba la carterita en el costado. el brochecito del cierre estaba un poco roto y la cartera se abría de cuando en cuando, o más bien cuando le daba la gana. hace días había pensado que quería repararla. lo pensó en el subte, el día en que la gorda de fucsia casi la tira al piso. se había quedado el broche enganchado en una cinta de la enorme gabardina, y la gorda iba con taaaaanta prisa... nada grave, se sostuvo lo mejor que pudo y se quedó viendo cómo la gorda desaparecía entre la multitud. tanta gente caminando, ¿a dónde será que van con tanta prisa? y bueno, ella también llevaba prisa. todos llevan prisa en el subte. y el brochecito no ayudaba. eso de andar la cartera abierta no era bueno, y menos ahí adentro! ya era en serio hora de repararlo.. y no era la primera vez que lo había pensado. en realidad tenía siempre la mala costumbre de archivar los pensamientos en la cabeza y no revisarlos luego. se quedaban ahí llevando polvo, llenándose de telarañas, dándole de comer a las polillas, hasta que puf! salían de nuevo a molestarla. esto del brochecito la había molestado varios días antes, mientras caminaba por avenida Corrientes. nada. no iba pensando en eso. tenía que tomar el subte en la estación Malabia y todavía le faltaban varias cuadras.. de esas cuadras que parece que se repiten y se repiten y se repiten y se repiten y se r.. ¿cuántas eran? decía, ¿ya pasé tres o sólo dos? ¿cuál calle será esta? y ahí volvía a su rumiadera de sueños. iba seguro con la cabeza revuelta, lo usual, jugando con ideas de colores raros. vio pasar a un señor calvo, eso no se le olvida, y de repente se le vino otra vez el pensamiento a la cabeza. igual no hizo nada. lo volvió a archivar.. un día de estos lo arreglo, y ya.
ah.. el brochecito, el señor calvo, la línea D, los cigarrillos Next que ya se le estaban acabando y que tenía que comprar apenas pasara al kiosko.. hm, ahí por donde estaba había un kiosko donde atendía un chico re-lindo.. ¿cómo era que se llamaba? torcía los labios de medio lado, como sosteniendo la sonrisa para no dejarla escapar. ¿será que alguna vez le pregunté? porque la verdad no sé si.. huy! ¡la señora de las bufandas!! pero qué suerte! y con este frío.. lo que pasa es que si tuviera la bufanda lila con verde, esa me combinaría genial hoy, esa que me regaló Mariana, tan linda. ¿por qué salgo sin bufanda en medio del otoño? Raúl siempre me lo decía.. bueno, él se moría de frío con estas .. hey! un momento! ¿qué hacés pensando en bufandas y chicos y kioskos y árboles de mandarinas?
aunque.. en realidad ella sabía lo que hacía. si se escapaba de la realidad era porque le aburría el tedio y la tramitología de la vida cotidiana. ya de todos modos había dado todo por perdido ese día. era imposible que le diera tiempo de hacer todo lo que [tenía] que hacer. ya lo había intentado, eso de agregar minutos al tiempo, y no lo había logrado. ¿para qué? se reprochaba. si las cosas son lo que son. ¿y qué es la realidad de todas formas? ya fue! yo lo que voy a hacer es ir donde ese chico del kiosko y lo invito a tomarse una cerveza ¿por qué no? al fin y al cabo, hoy no.es.miércoles.


[karl hütt]

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