DESDE UN MATRAZ ERLENMEYER / PALABRAS QUE SON EXPERIMENTOS / ERRORES
BIEN HECHOS / EVAPORACIÓN DESCONTROLADA / MEZCLAS ATÓMICAS O NUBES /
BIENVENIDOS AL LABORATORIO DE ESCRITURA CREATIVA.


Mostrando entradas con la etiqueta Afuera llueve a cántaros y te escribo a vos que me cocinabas cuando yo era niño.... Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Afuera llueve a cántaros y te escribo a vos que me cocinabas cuando yo era niño.... Mostrar todas las entradas

04 julio 2009

Carta a madre

Madre:
Afuera está lloviendo a cantaros, hace frío y ya es de noche. Desde la ventana de mi habitación se pueden ver bien claras las estrellas, hoy no, está todo gris.
Mientras te escribo Astrid duerme, y al terminar esta carta me iré a acompañarla en el sueño. Últimamente paso poco tiempo con ella y con Loop, me estoy alejando mucho, pero las cosas son así, siempre son así.
Astrid se encarga de la casa, de vez en cuando va a la ciudad a buscar comida o alguna otra cosa que necesitemos. Loop estudia, va a una escuelita de la ciudad, yo lo llevo a la mañana y después me voy al trabajo.
Hace unas semanas conseguí un trabajo…
Loop se parece mucho a mí a su edad, hace comentarios parecidos a los que hacia yo cuando era chico. ¿Te acordás cuando dije que estaba cansado de tener siete años, que era aburrido, y que no quería tener más siete años? Bueno, ayer mientras estábamos bañando al caballo me dice…”Estoy cansado de ser nene, quisiera ser ardilla, o mapache, debe ser más divertido” Es un chico muy inteligente, lee mucho.
Durante las mañanas recuerdo mi infancia. Esas mañanas frías, en la que me despertabas, tirabas leña al hogar, y me dabas el desayuno. Vos siempre estabas despierta desde antes, organizando todo para que padre pudiera ir a trabajar lo mas rápido y preparado posible. Ahora ese trabajo lo hace Astrid, trae la leche, la manteca y la mermelada, tuesta el pan, y calienta el agua.
Padre se fue, desapareció. No sabemos donde está, pero agarro a su caballo viejo y se fue. Ese caballo es como su hermano, vos lo sabés bien. Estén donde estén se van a cuidar mutuamente. Son muy duros, seguro están bien.
Aun no vino el frío crudo, pero no tarda. Nos estamos preparando para el frío, tenemos muchas pieles, y las reservas están bien. Astrid es una buena esposa y buena madre, y Loop un buen hijo, se van a cuidar mientras yo vaya al trabajo. Al menos van a poder pasa más tiempo juntos. Si es necesario que me quede, me quedaré. El invierno une a las soledades familiares.
Los meses pasaron y todo cambió, aunque cualquiera diga que todo está como antes. La reorganización cambia todos, ya los nombres no de condicen con las tareas, menos Loop, él siempre estudia. Pero bueno, la familia sobrevivió a cosas peores que la reorganización, así que no importa. Pronto la costumbre armonizará todo.
Me despido, ahora me iré a la cama con mi esposa, a dormir unas horas hasta que cante el gallo. Espero que estés bien, que estés cómoda y no pases frío. Ojalá el jardín tenga las flores que vos querías.

Lewis Truck, tu hijo.
Alan Ojeda

02 julio 2009

SÍNDROME DE ESTOCOLMO

Afuera llueve a cántaros y te escribo a vos que me cocinabas cuando yo era niño.
Recuerdo y repaso con exactitud cada momento, cada palabra, cada cocción. Recuerdo los olores y los sabores todos de esos años de esplendor culinario tan nuestros.
De tanto que lo hacías, se transformó en costumbre. Llegaba a tu casa dejando huellas de pan y vos me cocinabas una y otra vez cada día.
Con el tiempo las recetas iban mejorando y todo era más sabroso.
Los condimentos eran de lo más variado:

Atún, ajillo, azafrán, vino blanco,
laurel, membrillo, jengibre y anís,
pimentón, chimichurri, romero, tomillo,
coco, canela, porro, perejil.

Si tan sólo pudiera verte, tocarte, sentirte, cuánto te pediría que me cocines otra vez. Si pudieras ver cómo he crecido, tan lejos, tan lejos de vos, cuánto quisieras cocinarme una vez más.
Afuera llueve a cántaros. No sé por qué menciono y repito este húmedo dato meteorológico. Pero no importa. Te escribo a vos, bruja maldita, que me cocinabas cuando yo era niño y nunca, imbécil, nunca me comiste.

Estomacalmente tuyo…
Hänsel




Juan Pablo Bidegain