DESDE UN MATRAZ ERLENMEYER / PALABRAS QUE SON EXPERIMENTOS / ERRORES
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02 julio 2009

KRYPTONITA G*

La kryptonita G estaba ahí. En el cajón de su mesita de luz. No quise presionarlo. La lucha contra el crimen es muy dura y el trabajo de ese día lo había dejado agotado. Llegó poco antes de las once, recalentamos los canelones del mediodía en el microondas y los comimos en silencio. Había dejado el payasito azul y la capa colgando del respaldo de una de las dos sillas desocupadas y vestía nada más que los calzoncillos rojos. Al terminar nuestra ingesta pasó al baño y estuvo allí cuarenta minutos con el suplemento deportivo del diario de ayer. Lo esperé en la cama. Se acostó sin decir nada. El silencio rebotaba en mis meninges intentando, como si fuera una mosca, escapar por alguno de los orificios de mi cabeza. Huyó finalmente por mi boca en forma de -¿No te parece que tendríamos que hacer algo?
-¿Algo como qué? –preguntó mientras escarbaba delicadamente su nariz con el dedo meñique.
-Y… como acariciarnos. Expresarnos nuestro amor. Hace mucho que no hacemos nada y ya…
-¡Bah! -me interrumpió- ¡Mucho! No hace ni un mes desde la última vez.
La involuntaria rima fue como si hubiese recibido una escupida en el ojo, aunque en realidad lo que más me molestaba era el cinismo de la frase y no tanto su sonoridad.
-Además ya sabés de mi problema -agregó-
-Sí, bueno, pero tenés que hacer algo -dije- ¿Hasta cuándo vamos a seguir así?
Se encogió de hombros y con la boca cerrada emitió un sonido que podría interpretarse como la suma de las letras eme y jota.
-¿El psicólogo qué te dice? –pregunté-
Resopló y luego contestó –Nada. Cree que es el estrés o la ansiedad de la hazaña.- Calló un momento y retomó con forzado optimismo -Va a estar todo bien. Quedate tranquila y dame tiempo, y vas a ver que todo va a volver a ser como antes.
Me quedé pensando en ese “como antes” y el silencio volvió a ganar el cuarto. Estuvimos así un rato. ¿Segundos? ¿Minutos? No sé. Apagó su velador y se acomodó en posición fetal. Me quedé ahí, acompañada por una lamparita de cuarenta watts y hundida en el continuado silencio que sólo se perdía entre los furiosos maullidos de una gata en celo que andaba por la calle, a lo lejos, a lo cerca, ahí.


Juan Pablo Bidegain


*Variedad de kryptonita que potencia los poderes sexuales de los nativos del planeta Kryptón.

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