DESDE UN MATRAZ ERLENMEYER / PALABRAS QUE SON EXPERIMENTOS / ERRORES
BIEN HECHOS / EVAPORACIÓN DESCONTROLADA / MEZCLAS ATÓMICAS O NUBES /
BIENVENIDOS AL LABORATORIO DE ESCRITURA CREATIVA.


16 julio 2009

EMPATE

El detective Aguirre cerró la puerta de la habitación principal del octavo piso, donde la escena del crimen permanecía aún fresca. Referirse a la escena como “del crimen” es sólo un decir, pues en este acto eran dos los cadáveres y dos los asesinos.
De los cuerpos y los cuchillos brotaba sangre aún y el subinspector Lubat intentaba trazar siluetas de tiza blanca alrededor, sobre un piso plastificado que se resistía a ser profanado.
-¡Puf! Acá empieza a haber olor a purgatorio. -dijo Aguirre que se disponía a abrir la ventana que daba a Rivadavia.
Encendió un cigarro y dijo, -Bueno… Estos se mataron entre ellos. Ya está.
Esperaba algún tipo de respuesta de parte del subinspector, pero este lo ignoró y continuó con su difícil tarea artística.
El detective estaba aburrido y empezaba a ponerse inquieto cuando irrumpió en el cuarto el Cabo Flores que traía el informe de antecedentes de los sujetos. -¿A ver? Deme eso, Cabo. -dijo Aguirre mordiendo el pucho con los labios y quitándole de las manos el informe.
El detective leyó en voz alta, -Muñoz, Tamym Maulén. Chileno. 32 años. Tez morena, bla, bla, bla…
Interrumpió la lectura y se dirigió a Flores, -¡Tsss! Estos chilenos. Mire el nombre que le pusieron.
Flores le devolvió una sonrisa híbrida.
-Bueno, -prosiguió el detective- tiene que ser este. -dijo señalando uno de los cadáveres- Sí. Acá dice que tiene tez morena y este es morochito. Y el de la esquina azul es -imitó la voz de un presentador de boxeo y leyó- Orta, Augusto. Argentino. 29 años, bla, bla, bla… ¡Okey! -dijo mientras cerraba la delgada carpeta- ¿Ya está, Lubat?
-Sí. -dijo el subinspector incorporándose.
-Bueno. Vamos entonces. -dijo Aguirre- Vos también, Flores, que te necesito en la comi. Ahora viene lo difícil. Tenemos que averiguar por qué se acuchillaron. ¿Dice en el informe si se conocían y de dónde? -preguntó a Flores.
Flores abrió el informe, lo leyó entre líneas y contestó, -No, detective. No dice nada.

Los tres hombres salieron de la habitación, y el detective, dirigiéndose al personal de la morgue, que conversaba sobre fútbol en el living del departamento, dijo, -¡Ya pueden pasar, muchachos!


Juan Pablo Bidegain

No hay comentarios:

Publicar un comentario