...
El precipicio es notablemente atrayente, como arrojar algo al mar y saber que no regresará hacia nosotros. Busco dónde guardo la potencia, que ya di por perdida. Sólo quiero despojarme de ese olor a cables quemados. ¿Para qué seguir cargando con algo que no cumple su función?
...
Regreso hacia mí, leo este espejo. Sí, yo, siempre yo, siempre ajena; pero siempre. Por eso lo hice, para dejarme a mí misma un rastro de ese 'quién' por el que todos nos preguntamos. Y por lo mismo insisto hoy. Para hacerme y saberme; por eso escribí, escribo, e infinitamente escribiré.
Sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario